



Celebré tus éxitos mucho antes de que los imaginaras con el deseo de verte disfrutar el presente más allá de tus esperanzas y las mías.
Te amé cuando otros te rechazaron... te acepté cuando otros hicieron lo posible por cambiarte.
Hoy, siento un gran vacío entre nosotros como si ya tu fe comenzara a decaer... como si ya no confiaras en mi abrazo seguro, ni pudieras creer que mis manos no te dejarán caer. Estoy aquí a tu lado... siempre... más de lo que cualquier otra persona puede estarlo... estoy latiendo en tu mente y alimentando tu espíritu en cada respiro tuyo.
Entre éstas líneas te escribo para decirte que aún cuando piensas que no hay salida para las situaciones tormentosas, si me dejas ocuparme de ti... sabrás como superarlas, no con el poder que viene de afuera sino con la fuerza interior de una voluntad que no se intimida ante los problemas.
Raros momentos
Las puertas del corazón
C] Por mucho que la gente se declare feliz, nadie está nunca del todo satisfecho: siempre hay que conquistar a una mujer más bonita, comprar una casa más grande, cambiar de coche, desear aquello que no se tiene. También eso es una manifestación sutil del instinto de supervivencia: en el momento en que las personas se sintieran plenamente felices, nadie se atrevería a hacer nada diferente, y el mundo dejaría de evolucionar.
D] Por eso, tanto en el plano físico (comer, hacer el amor) como en el emocional (desear siempre aquello que no se tiene), la evolución del ser humano ha dictado una regla importante y fundamental: la felicidad no puede durar. Siempre consistirá en momentos, de modo que jamás podamos acomodarnos en una poltrona y limitarnos a contemplar el mundo.
Conclusión: es mejor olvidar esa idea de buscar la felicidad a toda costa, e ir en busca de cosas más interesantes, como los mares desconocidos, las personas extrañas, los pensamientos provocadores, las experiencias arriesgadas. Sólo de esa manera viviremos enteramente nuestra condición humana, contribuyendo a una civilización más armoniosa y más en paz con las otras culturas. Por supuesto, todo eso tiene un precio, pero vale la pena pagarlo.