Celebré tus éxitos mucho antes de que los imaginaras con el deseo de verte disfrutar el presente más allá de tus esperanzas y las mías.
Te amé cuando otros te rechazaron... te acepté cuando otros hicieron lo posible por cambiarte.
Hoy, siento un gran vacío entre nosotros como si ya tu fe comenzara a decaer... como si ya no confiaras en mi abrazo seguro, ni pudieras creer que mis manos no te dejarán caer. Estoy aquí a tu lado... siempre... más de lo que cualquier otra persona puede estarlo... estoy latiendo en tu mente y alimentando tu espíritu en cada respiro tuyo.
Entre éstas líneas te escribo para decirte que aún cuando piensas que no hay salida para las situaciones tormentosas, si me dejas ocuparme de ti... sabrás como superarlas, no con el poder que viene de afuera sino con la fuerza interior de una voluntad que no se intimida ante los problemas.